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sábado, 9 de abril de 2016

Maribel y Antonio, de la tintorería Capricho, se jubilan de La Prospe (Gaceta Local 06/04/16)

Antonio y Maribel. Eugenio Salazr 21


El Arte del buen hacer

40 años al servicio de los vecinos del barrio de Prosperidad. Son muchos los profesionales autónomos que dedican su vida al trabajo, que día tras día, con esfuerzo y paciencia, van ganándose a su clientela, que a su vez, permanece fiel año tras año. Confiando en su trabajo personalizado, ajustando los horarios para satisfacer a sus clientes y atenderles en esta ajetreada sociedad en constante cambio. Luchan contra todo tipo de adversidades, llegando incluso a dejar de lado su salud con tal de no faltar ni un solo día a esa ‘apertura del cierre’ matutina... 


 
Eugenio Salazar 21. Antonio y Maribel

  

Antonio y Maribel, fundadores mano a mano de la Tintorería Capricho –en el 21 de la calle de Eugenio Salazar–, satisfechos por el trabajo bien hecho y el orgullo de nunca haber fallado, han tomado la decisión de retirarse al merecido descanso de la jubilación.

 Se apagarán las máquinas de Seco, las planchas ya no soltarán el vapor que empañaba los cristales y diremos adiós a la trastienda donde sus hijas hacíamos los deberes del ‘cole’ y donde aún se aprecian las señales del paso del tiempo en el marco de la puerta... No tardarán en bajar el cierre, aunque en esta ocasión será para siempre.
No ha sido una decisión fácil, que no están los tiempos para dejar un negocio en su esplendor, más aún teniendo en cuenta que hay oficios en peligro de extinción según cesan en su actividad profesionales como Maribel y Antonio.
 Queremos que estas líneas sean tambien un homenaje y una apuesta por esos oficios en los que prima el trabajo manual y minucioso, la atención personalizada, la experiencia y sus consejos y recomendaciones. En definitiva: hacia el pequeño comercio, que confiamos que no desaparezcan para siempre.
El barrio de Prosperidad ha sido la cuna, la cima y el retiro de este negocio, y tenemos por seguro que la calle de Eugenio Salazar no será la misma sin ellos. Ahora les toca disfrutar del barrio paseando por sus calles, por sus comercios, sus fiestas y sus parques. Ahora toca estar con la familia.
 A todas las personas que han hecho posible que la Tintorería Capricho lleve abierta más de cuarenta años, muchas gracias en nombre de mis padres, de mis hermanas, Ana y Patricia, y del mío propio.
¡Hasta siempre!

 

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