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jueves, 10 de septiembre de 2015

Reincorporación tras las vacaciones. Consejos del psicólogo

 Jaime Miranda, psicólogo de Prosperidad, nos envia este artículo muy adecuado a las fechas actuales.

 Reincorporación tras las vacaciones. 

A estas alturas algunos de nosotros ya estamos reincorporados y sumergidos de nuevo en las rutinas. Los más jóvenes, o bien acaban de empezar a estudiar o están a punto. Algunos hemos vuelto con la sensación de disponer de un “cuaderno nuevo” y, con suerte, lo habremos estrenado. Sin embargo, como con los propósitos de año nuevo, es posible que muchos hayan quedado en el lugar dónde se generaron. El ocio es creativo, pero la realidad parece imponerse.
Por si fuera poco, esta conciencia de nosotros mismos que parece despertarse cuando estamos de vacaciones, a veces viene acompañada de verdadera desazón. No en vano es la época en la que más personas deciden divorciarse y una en la que más personas deciden que necesitan cambiar de trabajo. ¡Con lo difícil que se han puesto ambas cosas a día de hoy!
En esta ocasión, escribo desde esta plataforma que amablemente nos brindan en la página del barrio, para ofreceros consejo y apoyo respecto a esos cambios de vida:
1. Simplificad. Hay cosas en la vida que realmente nos hacen ser quienes somos, y nos alejan de quienes queremos ser. La conducta es el verdadero emblema personal de cada uno. Deshaceos de aquellas conductas que no corresponden a vuestros valores. ¿No tenéis claro que son los valores? ¿No sabéis cuales son los vuestros? Qué buen momento es este para trabajar sobre ello. Son valores “ser un buen padre”, “ser un buen vecino”, “ser valiente”. Sólo son ejemplos, seguro que a cada uno se le ocurren algunos propios, que no necesariamente son los mismos que los de otra persona.
2. Aceptaos. Aceptarse significa darse permiso para cambiar lo que puede ser cambiado, no cambiar lo que no puede serlo, no sufrir por lo que es inherente a uno mismo, o sobre lo que no tiene responsabilidad. Aceptarse es quererse mucho, tratarse como se debe tratar a un amigo o a un hijo, dándose oportunidades, aprendiendo, dialogando – Sí, dialogando. ¿Cuándo fue la última vez que te hiciste preguntas relevantes? ¿Y la última que no estuviste de acuerdo con lo que hacías y te lo dijiste de una u otra forma? –
3. Aceptad. No es lo mismo aceptar que tolerar. No seáis “tolerantes”. Los demás no son menos, nos e les “tolera”. Sin embargo, las conductas intolerables son intolerables y punto. Aceptar es pensar que lo diferente es igual de bueno. Aceptar implica que no debo ofenderme por cosas que no me afectan y que producen bienestar a otros. Implica saber que hay diferencias individuales que no fuerzan jerarquías – recordad lo que digo a menudo: Hombres y mujeres son diferentes, pero no jerarquizables –
4. Soñar es bueno, querer vivir en un sueño no. Seguro que os habéis traído mil planes de la mano, eso es bueno, hasta que nos frustramos por no conseguir llevarlos a cabo o peor, nos culpemos por no empezar. Ser positivo consiste en algo más que ponerle buena cara al mal tiempo o poner una sonrisa boba, como parecen decir algunos gurús modernos. Si algunos de vuestros planes es realista, centraos, ponedle “chicha”, y si no, ponedlo en la carpeta de “para otra vez”.
5. Trabajad la paciencia y la constancia. Son como las zapatillas de deporte de la carrera hacia los sueños.
6. Cuidaos. Sois vuestra mejor herramienta. Ya sea para vuestro trabajo o para cuidar de vuestra familia, si os dejáis, os averiaréis y ya no podréis hacerlo igual de bien. Id al dentista, haced deporte, dialogad con vuestros semejantes, pedid lo que queréis y lo que necesitáis en voz alta y, por supuesto, id al psicólogo si llega el caso.
Recordad, que cada uno es diferente a todos los demás. Los consejos son como una camisa de talla mediana. Al que no tenga esa talla le vendrá grande o muy ajustada. Tal vez llegue el momento en el que necesitéis algo hecho a medida para vosotros. ¿A que no parece casualidad que el psicólogo esté en la puerta contigua al sastre?

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