Andaba en Madrid de paso. Hacía escala entre Cáceres y Málaga. Entre trenes y oposiciones envié algunos curriculum. Mi teléfono sonó y el 26 de julio de 2008 tuve la entrevista que decidiría los siguientes cuatro años de mi vida. Aquel día, cuando esperaba en la calle, con tanto calor alguien vino a recogerme a la esquina de Makro. La primera frase que pensé sobre él fue ?este tío es un fiestero?, la última todavía no sé cuál es. La entrevista fue sincera, directa, penetrante, por casualidades ese verano íbamos a estar muy cerca el uno del otro, los dos en Torre del Mar, aunque en circunstancias todavía lejanas. Pasó el verano y el 11 de septiembre de 2008 empecé a trabajar. Poco a poco el destino nos fue juntando y una mágica noche que mutaba del 6 al 7 de febrero reimos, bailamos, comimos churros en ElCamarón, nos prometimos ir a Ibiza juntos? Aquella noche no volví sola a la Prospe. Un halo de amor me envolvió en el portal, y el beso más dulce que jamás me hayan dado alcanzó mis labios. ?No te preocupes por nada? y un tierno abrazo selló una promesa que no supimos frenar durante meses, y meses. Pasaban las noches, colchón al suelo, luna llena, siempre llena, ventana abierta, abrazos, dulces caricias, intriga, pasión, deseo, curiosidad, paseos, parques, comidas, cocina, Loco Roco, miradas sinceras, fotos, Madrid? el deseo sin control nos recorría y éramos felices de verdad. Siempre los dos a la vez. Envueltos en nuestros días de amor, el uno para el otro, nuestro diminuto piso era un gran palacio en medio del mar. Verle aparecer por la puerta era para mí como ver la más grande de las olas estallar contra las rocas. Pasaban los días y juntos fuimos construyendo ilusiones. Poco a poco me fui dando cuenta que lo que sentía por él era más inmenso y sincero de lo que un corazón puede soportar. Viví sus decepciones, sus tristezas, sus apatías, sus rarezas, su belleza, su deseo, sus dudas, su desgaste, sus decisiones, su ternura, su amor. Siempre a su lado, penetrando en su mundo, pendiente de cada uno de sus sentimientos. A la velocidad propia de la vida en Madrid pasaron tres años como tres suspiros. El trabajo y el dinero comenzaban a tener más protagonismo que yo dentro de mi propia relación. La apatía y la duda se hicieron un hueco en mi salón, pero mis fuertes ilusiones seguían en pie. El 28 de agosto de 2012 volvimos de la playa con nuevas ilusiones. ?Ya podemos ir mirando trabajo por Málaga, nos haremos pareja de hecho?? Las mujeres somos muy ingenuas y cuando un hombre nos dice estas cosas pues nos dedicamos a creerlas sin más. ?Yo estoy muy enamorado de ti? pues yo también oye si todo es maravilloso. El exceso de optimismo puede ser muy dañino, hasta mortal. El 9 de diciembre mi cama, a la que yo siempre había atribuido tanta felicidad, escuchó un cambio de planes unilateral. ?No me siento completo, me falta algo contigo. Yo ya no te quiero?. Te leo, te busco, te miro, te siento, te pienso, te sueño, te necesito, te echo de menos, te multiplico, te amo, te deseo, te comprendo, te admiro, te idealizo, te magnifico, te respeto, te divido, te temo, te pierdo, te odio, te lloro, te desprecio, te aborezco, te entierro y te mato. Allá donde nadie los pueda encontrar quedan los desgarros de aquella noche. Hechos añicos, aplastados, derribados, comprimidos, eliminados, destruidos, aniquilados, averiados, deshechos, descompuestos y mutilados. Esta noche quiero decirte que aquella semana negra te liberé de culpa y que hoy, por suerte, mi felicidad no cabe dentro de ninguna caja
No hay comentarios:
Publicar un comentario