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miércoles, 30 de noviembre de 2011

Villagarcía de Arosa Barrio de PROSPERIDAD


«Añoro aquellos veraneos de 3 meses en la Prosperidad»

Susana Luaña  VILAGARCÍA / LA VOZ  28/11/2011

Jacobo Rey se considera un hombre afortunado. No es para menos. Nieto del alcalde Rey Daviña, su infancia y juventud transcurrió en una plácida y próspera Vilagarcía que, a su entender, nada tenía que ver con la actual. Largos estíos con sus amigos que veraneaban en el barrio de la Prosperidad, su abuelo, sus siete hermanos, la familia, la bici, y sobre todo, la vela. «A mi padre le gustaba navegar y nos trajo una buceta, que era un barco tradicional de la ría de Noia, lo preparamos para salir, podía ser a remo o con una vela pequeña. Me aficioné tanto que ya nunca lo dejé».
Entonces no había ni infraestructuras ni instalaciones deportivas, pero la afición a la vela cuajó de tal forma en Vilagarcía que los más jóvenes de aquellas familias no hacían otra cosa en el verano que pasar las tardes en la playa y salir a navegar hasta Cortegada. «Eso cuando no cogíamos la bici y nos íbamos a Cambados o a la isla de A Toxa, que entonces no había peligros de tráfico». Reconoce que añora esa época: «Aquellos veraneos de tres meses en la Prosperidad, con todo lo que conllevaba, los bailes en el Casino... Vilagarcía perdió mucho. Ahora sales a la calle y no conoces a nadie».
Solo los estudios lo alejaron de Vilagarcía. Primero se fue a Vigo y después, a Santiago, donde estudió las carreras de Derecho y Dirección de Empresas, faceta esta última a la que dedicó su vida laboral. «Lo compaginaba con las regatas que hacíamos en primavera y verano, y tuve la suerte de que el trabajo me permitió asistir a campeonatos de España».
Aquellos jóvenes aficionados al mar fueron poco a poco creando las plataformas adecuadas para el desarrollo no solo amateur sino también profesional de su afición. Desde joven formó parte del Club de Regatas, fundado ya en el año 1912, y fue socio fundador del Club de Mar en los años cincuenta, cuando Jacobo Rey todavía no era más que un niño. «Estábamos los Carús, Guillermo Poyán, Carlos Comendador, Julio García y yo», recuerda.
Pero la vida continuaba al margen de la vela, y Jacobo Rey se casó y tuvo tres hijos. «Ahora ya tengo tres nietos, y estoy esperando el cuarto para dentro de unos días», revela con emoción.
La familia es lo más importante, pero él admite que en su buen estado físico -sigue navegando con 69 años- y en su felicidad tiene mucho que ver la vela y el mar. «Cuando estás al aire libre oyendo como la ola bate en el casco, no hay problemas. Se olvida todo».
Como comodoro del Club de Regatas organiza competiciones, entre ellas, el Open internacional de snipe, tanto el del año pasado como el del presente, así como los campeonatos de España del 2008 y 2010, también en la sección femenina, con participantes de Rusia, Suecia, Holanda, Portugal, Francia y España.
Para el próximo año trabajan en la celebración del Centenario de la Regata Crucero de Marín, y en el 2013, el Centenario de la Primera Semana Náutica de Arousa.
Entre sus más preciados recuerdos está la Copa del Generalísmo y la Copa Galicia que guarda en el Club de Regatas. Y anécdotas, muchas: «Como curiosidad, en el Campeonato de Europa que se celebró en Alemania en el año 1969 obtuvimos la Medalla de Plata, y esa fue la primera vez que un grupo de vilagarcianos participaba en una competición europea».
Toda su familia sabe navegar, aunque Jacobo reconoce que los tiempos de sus hijos no son los suyos. «La vida está muy complicada hoy en día, y para poder dedicarte a la vela hay que ser casi profesionales». Él sí puede y lo sigue haciendo. «Me paso cinco horas en el mar, y me olvido de todo».
Nieto del alcalde Rey Daviña, padre de tres hijos y abuelo de tres nietos, y otro que viene en camino.
El Club de Regatas de Vilagarcía, del que es comodoro y que resume toda su vida vinculada al mar y al deporte de la vela.

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